sábado, 8 de octubre de 2016

La veracidad de los recuerdos.

Será que todos mis recuerdos de ti están corruptos? 
Por más que intento, no logro recordar por qué te amé. 
El sentimiento deja huellas. Como un animal pisando el lodo de la selva. 
Huellas profundas que al otro día se secan con el calor del nuevo día. 
Pero por más que miro, y busco, no te encuentro. 
No sé dónde está ese animal que me dejo esas cicatrices en el alma. 
No lo conozco, pero se me hace familiar su olor. 
Antes creía saber quien eras, cómo funcionabas. 
Ahora todo lo pongo en duda. No confio en mis recuerdos. 

1 comentario:

  1. Llevo días pensando en esto que escribiste. Los recuerdos son algo maravilloso. Cada vez que se evocan son manipulados por los sentimientos al momento de evocarlos, por lo que se van modificando poco a poco, ligeramente. Son como una obra de arte en continua revisión artística que va evolucionando con el paso del tiempo cada vez que los interrogamos. Uno piensa que tiene el poder de controlarlos porque nos pertenecen, pero se comportan de forma tan evasiva e independiente, como si nunca hubieran sido de uno. Hay veces que ni los reconocemos. Lo más trágico es cuando pasa tanto tiempo que ya no recuerdas si eran sueños, deseos, inquietudes o eran hechos reales. Al final, tal vez terminen siendo un mezcla de todo eso.

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