La luna llena en Aries me ama. Veo su egoísmo y decisión en el lago en una noche fría de Octubre. Las estrellas bailan a su alrededor y la alimentan con luz y cumplidos hasta que estén llena de su sexo.
La luna llena en Aries me dice que me quiere. Que me vaya a vivir con ella en su espacio amplio y negro. Ya todas las estrellas se cansaron de ella. Decían que era malo tener demasiado de una cosa tan buena.
La luna llena en Aries grita que me odia. Ahora casi nunca la veo, se esconde cuando salgo al lago a buscarla y le canto su melodía. Algunos días sale y habla conmigo, y me dice que no debí seguir. Me pide que rompa con mis hábitos.
La luna llena en Aries se perdió. Mi alma deambula por el bosque buscando algo que cree que aún está ahí. Encuentro las tijeras en un arbusto de rosas amarillas y corto los hilos rojos que el sol me regaló en su visita.
La luna llena en Aries regresó. Han pasado muchas lunas, pero ninguna como ella. Ya no la reconozco, pero siento su abrazo tan pesado como siempre y se que es ella. Nos amamos todas las noches y cantamos la canción del amor frente al lago donde solo puedo ver reflejos.
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